Rock: música dura, la suicidada por la sociedad


En 1973 , al disolverse Pescado Rabioso, Luis presentó como solista temas de Artaud en tres recitales que organizamos juntos. Dos domingos a la mañana en el Teatro Astral, y una noche en el estadio Atenas de La Plata. Para esas presentaciones redactó un manifiesto, que se imprimió en una hoja que regalamos al público. Luego fue involucrándose en la formulación del trío Invisible.

El manifiesto apareció en 1974 en el único número del periódico Rolanroc, y lo rescatamos aquí como un importante documento de aquel período en el que con Jorge Pistocchi, Emilio Del Guercio, Hidalgo Boragno, Hugo Tabachnik, Rodolfo García y otros amigos, iniciamos los encuentros en el Parque Centenario


Miguel Grinberg

Fragmento del Libro
Como vino la mano
Editorial Distal
1993




Rock: música dura, la suicidada por la sociedad


Son tantos los matices que comprenden la actitud creativa de la música local - entendiendo que en esa actitud existe un compromiso con el momento cósmico humano-, son tantos los pasos que sucesivamente deforman los proyectos, incluso los más elementales como ser mostrar una música, reunir mentes libres en un recital, producir en suma algún sonido entre la maraña complaciente y sobremuda que:


EL QUE RECIBE DEBE COMPRENDER

DEFINITIVAMENTE QUE LOS PROYECTOS EN

MATERIA DE ROCK ARGENTINO NACEN

DE UN INSTINTO.


Por lo tanto : el Rock no le concierne a ciertas músicas que aparentemente INTUIDAS POR LAS NATURALEZAS DE QUIENES LAS EJECUTAN siguen guardando una actitud paternalista, tradicional en el sentido enfermo de la tradición , formulista, mitómana, y en la última floración de esta contaminación, sencillamente "facha".


Sólo en la muerte muere el instinto. Por lo tanto, si éste se mantiene invariable, adjunto a la condición humana a la que necesitamos modificar para reiluminarnos masivamente,quiere decir que tal instinto es la vida.


El Rock no es solamente una forma determinada de ritmo o melodía. Es el impulso natural de dilucidar a través de una liberación total los conocimientos profundos a los cuales, dada la represión , el hombre cualquier no tiene acceso.


El Rock muere sólo para aquellos que intentaron siempre reemplazar ese instinto por expresiones de lo superficial, por lo tanto lo que proviene de ellos sigue manteniendo represiones, con lo cual sólo estimulan "EL CAMBIO" exterior y contrarevolucionario. Y no hay cambio posible entre opciones que taponan la opión de la liberación interior.


El rock no ha muerto.


En todo caso,cierta estereotipación en los gustos de los músicos debería liberarse y alcanzar otra luz.

El instinto muere en la muerte, repito.

El Rock es el instinto de vivir y en ese descaro y en ese compromiso.


Si se habla de muerte se habLa de muerte, si se habla de vivir, VIDA.


Más vale que los rockeros, cualesquiera sean sus tendencias ( entre las cuales dentro de lo que se entiende por instinto de Rock no hay mayores contradicciones) jamás se topen con los personajes hijos de puta demonios colaterales del gran estupefaciente de la represión que pretende conducirnos por el camino de la profesionalidad.


Porque en esa profesionalidad se establece - y aquí entran a tallar todas las infinitas contusiones por las que se debe pasar hasta llegar a dar- un juego que contradice a la liberación, que pudre el instinto, que modifica como un cáncer incontenible la piel original de la idea creada hasta hacerla, en algunos casos, pasar a través de un tamiz en el que la energía totalizadora de ese nuevo lenguaje abandona la sustancia integral que el músico dispuso por instinto en su momento de crear, y luego esa abortación está presente en los escenarios, en la afinación, hasta en la imagen exterior del mensaje cuando por fin se hace posible verlo.


Tengo conciencia de que el público ve esta debilidad y no se libera: sufre.

Luego esta ausencia de totalidad, esa parcialidad, es el negocio del Rock.

El negocio del cual viven muchos a costa de los músicos, poetas, autores, y hombres creativos en general. O sea, esta difamación de proyectos sólo adquiere relieve en esa " ganancia" que representa haber ejecutado el negocio, y solamente en ese nivel hay una aparente eficacia. Es la parcialidad de pretender que algo que es de todos termina en definidas cuentas en manos de aquellos bastardos de siempre.


Este mal, por último rebote , cae nuevamente en la nuca de los músicos, y los hace pelota.

Luego de participar del juego, son muy poco los que aun permanecen con fuerzas para impedir la trampa al repetir una y otra vez el juego mediante el cual expresarse, o simplemente arriesgar en el precipicio de la deformación un mensaje que por instinto es puro y debería llegar al que lo recibe tal cual nació.

Este juego pareciera ser el único posible( hay mentalidades que nos fuerzan a que sea así).

Lo importante es que hay otros caminos.


Luego de haber caído tantas veces antes de ejecutar esa caída final, parábola definitiva en la que se cierran los cerebros para no amar ni dar , hay muy pocos músicos que pueden seguir conservando ese instinto.


DENUNCIA

SIN EL LIMITE DE LA DENUNCIA

A LO QUE NO RECIBE DENUNCUA

A LO QUE LA DENUNCIA TRASPASA

A ALGO PEOR QUE LA DENUNCIA MISMA.


Denuncio a los representantes y productores en general,y los merodeadores de éstos sin excepción, por indefinición ideológica y especulación comercial.


Ya que estos no se diferencian de los patrones de empresa que resultan explotadores de sus obreros. O sea, por ser engranajes de un pensamiento de liberación a quienes no les interesa que toda la pieza se mueva, dado que el producirse el más mínimo movimiento, serían los primeros en autoreprimirse y dejarían por tanto de participar en " la cosa".


Denuncio a ciertas agrupaciones musicales que se alimentan con esas mentalidades no libres , a pesar de contar con el apoyo del público de mente libre.


Denuncio a otros grupos musicales por repetitivos y parasitarios, por atentar contra la música amplia y desprejuiciada, estableciendo mitos con imágenes calcadas de otras músicas que son tan importantes como las que ellos no se atreven a crear ni sentir.


Denuncio a los tildadores de lo extranjerizante porque reprimen la información necesaria de músicas y actitudes creativas que se dan en otras partes del planeta, y porque consideran que los músicos argentinos no pueden identificarse con sentimiento hoy día universales.Además es de prever que si estos señores desconocen que la Argentina provee a su música nuevos contenidos nativos, ellos mismos están minimizando la riqueza de una creación local apenas florecida.


Luis Alberto Spinetta


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